El Consumismo Venezolano.
El consumo es la adquisición de
productos para suplir las necesidades básicas, o sea, todo lo que el ser humano
necesita para vivir decentemente.
Venezuela se ha caracterizado por
un gran mercado anteriormente, pero actualmente el desabastecimiento y la inflación
está cambiando el hábito de consumo en Venezuela, ha logrado que muchos
venezolanos pasemos penurias para conseguir el pan en cada mesa. Ha logrado que
cada familia reduzca sus porciones de
comida y no se alimente como solía hacerlo.
Estamos en 2017,
tenemos una inflación de tres cifras, quizás más. Pero antes, en la Venezuela de ayer, no teníamos
esta situación crítica de ahora, vale la pena recordar en tiempos atrás, nuestros
anaqueles y despensas estaban llenos de
diversos productos, y el venezolano era feliz, vivía confiado y a gusto porque había
alimento, había n servicios y productos que satisfacían sus necesidades. Y ahora,
las familias moderadamente estables económicamente
les resulta imposible mantener la estabilidad en su hogar, e inclusive se
empobrecen cada día más.
Nuestra producción va en descenso
y al parecer, la única medida que parece tener el gobierno para “solventar” la inflación
es endeudarse más, importar. A Venezuela han llegado productos importados de México,
Costa Rica, Ecuador, y otros más.
¿Y nuestros productos de Venezuela? ¿Acaso no
vale la pena invertir también en nuestra producción? Dada nuestra inflación que
va en ascenso, hemos visto que para adquirir algún producto se necesiten cada
vez más billetes, otra consecuencia de la mala administración de nuestra
autoridad.
Se ha incrementado el pago electronico con el uso de tarjetas de debitos y transferencias en bancos. El consumo en el vestir ha disminuido, los venezolanos toman la prioridad de alimentarse que vestir. Diferentes cadenas multinacionales como Zara y Bershka han cerrado sus puertas en el país.
Gracias a la decadencia de
nuestra producción, la economía decreció y también el empleo por el efecto de
las empresas que cierran, las familias tuvieron que desprenderse de servicios
más fácilmente renunciables, como en hoteles, restaurantes y cafés, ir al cine,
e incluso en los asuetos vacacionales las familia prefirieron quedarse a
disfrutar de su propia compañía.
Nuestra situación de escasez de alimentos
ha hecho que venezolanos salgan de sus hogares e intenten encontrar algunos de
los productos básicos que se han desaparecido de los estantes de los
supermercados abandonando sus hogares, e incluso sus empleos. Destinan todo su
salario en la compra de alimentos, en el pago de educación y no ahorran.
La incertidumbre de saber que ocurrirá en el futuro nos mantiene preocupados, y por eso,
el venezolano compra productos y los almacena, porque con nuestra economía con
tendencia inflacionaria, sabemos que en menos de un mes, los productos se encarecerán
más, y muestra moneda se empobrece.
¿Y la inversión? Las empresas en
Venezuela cierran, más de 500 empresas cerraron en Marzo cuando un mes antes el
Jefe de Estado dictamino un incremento en el bono alimenticio. Personas se
preocuparon porque eso resultaría despedidas, y aumento de precios en los productos ofertados.
La autoridad de Venezuela destina
gran parte de sus ingresos en la Inversión Social, según un logro para la “revolución”
es que se ha elevado 11 veces más, Es decir, se ha elevado el gasto público,
pero esta inversión ¿es buena idea? ¿Con esta inversión ha crecido la producción
venezolana? ¡No!, está logrando que se produzca déficit en nuestra economía.

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